

Aunque parezca una utopía, la realidad es que no hay un solo ser humano que no sea capaz de reaccionar al estímulo del amor y de dar amor. Ya sea por su presencia o por su ausencia, la vida gira en torno a él.
"El bebé se va construyendo su propia imagen y la del entorno a partir de las vivencias.
El niño aún se siente vulnerable y desprotegido ante la ausencia de aquellos que le significan. Necesita comenzar a reconocerse como un otro separado, por eso vemos de qué manera intentan afirmar su yo en la ‘lucha’ con otros niños, cómo compiten por los juguetes, por el afecto de los padres, etc. Este es un momento en el cual están tratando de afirmar y construir su propia imagen.
La fijación en esta etapa, el no desarrollo seguro del sí mismo, hace que se repitan conductas infantiles en la vida adulta. Similar a lo que sucede en la filogenia, en la ontogenia del ser humano sigue compitiendo como medio de afirmarse a sí mismo.
Pero esto puede derivar en personas infelices y sufrientes, con mecanismos defensivos y de aislamiento. ¿Será que muy pocos han desarrollado la seguridad en sí mismos y, además, la confianza en que el amor que recibimos de los demás perdura? Muchos de nosotros crecemos con temor a perder el amor y por eso tenemos tantas inseguridades. En ocasiones, como formación reactiva ante la sensación de inseguridad, se intenta asumir una conducta contraria, de aparente ‘valor’ y ‘poder’.

Muchos adultos necesitan poseer para decir: ‘es mío’, y así creer que se afirman a sí mismos. Otros necesitan dominar para mostrar que ‘pueden’ y enfatizan el poder en base a la anulación y dominación del otro. Esto mismo puede observarse en lo individual y en lo social. Necesitan marcar territorio, como en etapas pretéritas de la evolución. Algunos temen ser descubiertos en algún pequeño error, luchando por mostrarse casi perfectos. Todos son ejemplos del temor a que la supuesta seguridad o poderío que han construido se derrumbe, porque internamente se sienten como niños dañados. Hay por lo tanto, una falla en el nivel afectivo del desarrollo del amor, de manera tal que se dificulta el encuentro con la propia esencia. Ahí radica la verdadera seguridad.
El afecto y el amor son las posibilidades latentes que tiene todo ser humano de remediar dolores propios y ajenos. La resiliencia no es otra cosa que esto: descubrir, de alguna forma, esa capacidad de amar y de ser amado que, por algún motivo, no se había desarrollado en su totalidad. Es ‘El amor el que cura’, como dice Boris Cyrulnik. Y son ‘latentes’ porque cada persona en el mundo, por más alejado de estos aspectos que parezca, posee la capacidad de ser vulnerable; es decir, alterado por el afecto recibido y, a la vez, con la posibilidad de establecer lazos afectivos y brindar amor.

Aunque parezca una utopía, la realidad es que no hay un solo ser humano que no sea capaz de reaccionar al estímulo del amor y de dar amor. Ya sea por su presencia o por su ausencia, la vida gira en torno a él.
Repetimos lo dicho anteriormente: el amor es, entre otras cosas, aquello que nos permite ver al otro como otro y no como una extensión de uno mismo u objeto de satisfacción.
Al decir “extensión de uno mismo”, queremos decir: ‘no hay diferencia entre él y yo, me pertenece, es mío, soy dueño, soy celoso, posesivo, tiene que hacer lo que yo quiero, etc.’. Cuando hablamos de objeto de satisfacción, no quiere decir, ni más ni menos que eso: ‘un algo que está ahí para brindarme lo que necesito y que, una vez obtenido, lo descarto en la mayoría de los casos’. Por ejemplo, lo vemos en las relaciones de pareja. En la sexualidad (no sexual ni amorosa, sino genital), en los vínculos laborales (el ser humano es una herramienta, no se piensa en lo que le sucede). También en padres narcisistas que no dejan a los hijos constituirse en sujetos, son objetos de ellos. En los hijos que solamente ven sus necesidades olvidándose de los padres. En la descalificación de los adultos mayores que en lugar de honrarlos se los descarta.
Solamente a través del amor se llega al amor. Aquellos carentes de su temprana infancia, necesitarán realizar un esfuerzo mayor para expresar su propia capacidad de amar.
Hemos dicho ya que la carencia deja una herida, un ‘agujero’, un vacío que buscará ‘llenarse’, tratando de atraer hacia sí mismo todo aquello que perciba como afecto, como medio de sentirse importante, de ser querido. Esta es la base de la actitud narcisística, que se presentará en diferentes graduaciones.
Porque el que busca atraer para sí, no intentará dar de sí.
Esta es una definición demasiado simple, pero en realidad esconde maneras muy diferentes de manifestarse.
Si bien encontrar narcisistas ‘puros’ no es tan sencillo (sin embargo los hay), medianamente cada uno de nosotros ve imposibilitada su capacidad de amar en algún aspecto diferente. Es decir, por motivos variados en nuestra cultura, en algún punto, todos nos sentimos carentes de amor y hasta minusválidos y, sin darnos cuenta, buscamos atraer hacia nosotros aquello que creemos nos hace falta. Cuando en realidad, le hizo falta quizás al niño que alguna vez fuimos; y esa carencia fue leída con mente y emoción infantil, y hoy es ese aspecto que sigue buscando la satisfacción. Y lo sigue buscando a través de la emoción infantil.
Liliana Crivelli & Yanina Piccinni. El amor como forma de vida.
Cap. 6, "Competencia y fijación egocéntrica".
Páginas 54-58. Tahiel ediciones. Buenos Aires (2015)
Yanina Piccinni
Licenciada en Psicología (Univ. Argentina J. F. Kennedy)
Realizó estudios de postgrado sobre Psicología Gestáltica en la Asociación Gestáltica de Buenos Aires t de Psicología Positiva en la Fundación Foro. Se formó en la Escuela Argentina de Arteterapia, adquiriendo herramientas que le permiten conjugar la psicología con el arte. Su formación teórica se amplió con diferentes líneas humanísticas. Profundizó en estudios sobre inteligencia emocional, filosofías y religiones de oriente y occidente buscando el nexo en común entre los diferentes modos de expresar la espiritualidad. Trabajó en instituciones de salud y fue docente de psicología en institutos terciarios. Actualmente atiende pacientes en forma individual, coordina talleres y seminarios. Creadora de los grupos “Pintando Emociones”.
Liliana Crivelli
Licenciada en Psicología (UNBA)
Ex docente da la cátedra de Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNBA. Realizó post grado en Análisis freudiano de Grupo”, dictado por el Dr. Pacho O´Donnel. Terapeuta individual y familiar. Realizó diez años de estudios de género bajo la coordinación de la Lic. Eva Giberti. Co autora de los libros “La otra y yo”, una mirada sobre la competitividad entre mujeres (Editorial Sudamericana), y “Cómo sobrevivir entre mi madre y mi hija”, entrampada entre dos generaciones (Lugar Editorial). Entrenamiento básico en EMDR (Desensibilización y re procesamiento a través del movimiento ocular), aplicable para situaciones post traumáticas y diversas patologías. Formación en filosofía, religiones de oriente y occidente.
Otras notas de misma autoría:
EL DESARROLLO DE LA APACIDAD AFECTIVA
Si bien el verdadero amor siempre es positivo, en el proceso de crecimiento se van atravesando diferentes etapas y, en algunos puntos, pueden permanecer heridas emocionales, las que condicionan el actuar en los vínculos afectivos llevando a comportamientos disfuncionales.
https://dm23fusion.wixsite.com/fusion/desarrollo-de-la-capacidad-de-amar
AFECTO, INDIVIDUALISMO Y NECESIDAD DE PERTENENCIA
Para criar a un hijo hace falta una tribu entera. (proverbio africano).
https://dm23fusion.wixsite.com/fusion/afecto-individualismo-pertenencia
LA CURACIÓN A TRAVÉS DEL AMOR: EL ROL DE LA PSICOTERAPIA
“La capacidad de amar depende de la propia capacidad para superar el narcisismo, depende de la capacidad de crecer, de desarrollar una orientación productiva en nuestra relación con el mundo y con nosotros mismos.” (E. Fromm, El arte de amar)
https://dm23fusion.wixsite.com/fusion/la-curaci%C3%B3n-a-trav%C3%A9s-del-amor
EL REGRESO A LO ESENCIAL
“La mente intuitiva es un regalo sagrado y la mente racional, un leal siervo. Pero nuestra sociedad actual honra al siervo y se olvida del regalo.”
(A. Einstein)
https://dm23fusion.wixsite.com/fusion/de-regreso-a-lo-esencial
SABERSE DIGNO DE SER AMADO
Hablamos de resiliencia porque esta capacidad es estudiada en psicología para definir a las personas que han podido salir delante de situaciones de crisis importantes contando con recursos internos para hacerlo. Se observa que, para poder tener una actitud resiliente, es necesario que alguna vez alguien haya significado a la persona, o sea que se haya sentido aceptada incondicionalmente en algún momento de su vida.
https://dm23fusion.wixsite.com/fusion/saberse-digno-de-ser-amado
¿POR QUÉ HAY QUIENES HACEN EL BIEN SIN NADA A CAMBIO?
Porque aunque no tengan tanta prensa, en todas partes del mundo hay personas, grupos enteros trabajando para el bien de la humanidad.
https://dm23fusion.wixsite.com/fusion/por-qu%C3%A9-hay-quienes-hacen-el-bien
ESE LAZO SUTIL QUE NOS CONECTA CON TODO LO EXISTENTE
La idea central de este trabajo es que la capacidad de amar es inherente al ser humano y está en su esencia, y que el amor, ya sea por presencia o por carencia, es el origen de la mayor parte de las conductas, pensamientos, sentimientos, actitudes y motivos de vida de cada uno y de todos los individuos.
https://dm23fusion.wixsite.com/fusion/psicolog%C3%ADa-positiva-ese-lazo-sutil
ENVIDIA
Ese agujero en el propio ser, ese pesar por la felicidad ajena
https://dm23fusion.wixsite.com/fusion/psicolog%C3%ADa-positiva-envidia
LO ANCESTRAL. EL PODER Y EL AMOR
El gran temor ancestral a no lograr sobrevivir, a que solo sobrevivan los más fuertes, nos hace tratar de sentirnos más poderosos que los demás, y entramos en luchas que nos asegurarán ficticiamente un lugar en el mundo; como los animales o como los humanos primitivos. Esta lucha instintiva y básica por la supervivencia, en el actual punto evolutivo de la humanidad, ya debería estar subordinada a la mente y al corazón (sentimiento del amor).
https://dm23fusion.wixsite.com/fusion/lo-ancestral-el-poder-y-el-amor








