top of page

Un taller de constelaciones es una jornada de sanación porque, aunque sólo se esté de espectador, se promueven  acciones internas que llevan a mejorías en diversos aspectos. Las constelaciones  de unos hacen que a otros se les aclaren cuestiones y movilicen asuntos que estaban estancados.

​​​​

Una constelación es un trabajo beneficioso en muchos aspectos, debido a que en la misma se revelan cuestiones que estaban ocultas en el sistema familiar, en los vínculos y en las personas que los forman

Les comento un caso. Un hombre joven consulta porque no puede tener relaciones afectivas duraderas. Conoce personas, pero al poquito tiempo esa casi relación se desvanece, sin siquiera llegar a una relación. Preguntando por hechos importantes en su familia de origen dice que su madre perdió varios  embarazos espontáneamente, dos antes que naciera su hermano mayor y uno entre cada uno de sus tres hermanos menores. El trabajo se centra en la inclusión de estos hermanos no nacidos. Se preguntarán: si no nacieron no son hermanos; sin embargo para la madre son hijos perdidos, y con cada uno de esos niños perdidos, a la madre  se le fue un pedazo de vida. Por supuesto que los hijos vivos están impregnados de tanta perdida, generando en cada uno de ellos según las particularidades de su propia alma, un sentimiento de no continuidad, de casi un sinsentido de la vida.

El hombre consultante se siente profundamente conmovido cuando ve la imagen de todos los hermanos en el orden cronológico correspondiente, los nacidos y los no nacidos. Aparte, la madre tiene un sentimiento particular con cada uno de ellos y ciertas asociaciones entre los nacidos y los no nacidos. Esto genera una especie de atrapamiento en los nacidos y especialmente en el hombre consultante  que sentía una especial atracción con  uno de los no nacidos.

A medida que  se va desarrollando la constelación, el consultante siente la liberación y el alivio. Ahora  queda libre y puede ser él mismo y desterrar de sí el sentimiento de no continuidad.

Para los que hasta ahora no han concurrido a un taller y no saben cómo es esto de generar una imagen con los miembros de una familia, les aclaro que en esta modalidad, se trabaja con representantes. Por eso se trabaja tanto con los vivos como con los muertos, que en general, tienen una gran incidencia en las familias. No hace falta que venga al taller toda la familia.

Los representantes son personas del  grupo presente que son elegidos por el consultante para que representen a los miembros de su familia (su padre, madre, a sí mismo, sus hermanos, etc.) como dije antes, tanto vivos como fallecidos, tanto presentes como ausentes. Se da el fenómeno que los representantes, una vez ubicados en el espacio de trabajo, perciben en sí mismos sensaciones corporales o sentimientos o tendencias corporales o ideas de las personas a las cuales representan. A partir de la primera imagen formada que representa el conflicto,  se van dando los movimientos en el espacio, las frases sanadoras o los gestos de honra que llevarán a la imagen final que muestra la sanación del sistema familiar y en consecuencia de los miembros que lo  forman.

​​​​

Tanto los representantes como los espectadores son altamente movilizados y sienten profundamente ese movimiento interior que los lleva a unos, a aclarar sus confusiones; a algunos, a encontrar la clave para resolver su problema; a otros les trae un alivio a través de la identificación que tienen con lo visto, etc.; a cada uno/a se les mueve algo  significante para sí mismo/a.

bottom of page