Es importante el monitoreo de pensamientos, sabiendo que la distorsión en los mismos ocasiona emociones displacenteras. La función del pensamiento es hacernos más adaptativos al medio, si los pensamientos no reflejan de un modo funcional y adaptativo al medio en el cual nos desarrollamos y vivimos, estos se vuelven rígidos, disfuncionales, desadaptativos, trayéndonos sufrimiento emocional
No somos lo que pensamos, esto se evidencia pensamientos obsesivos, donde hay sufrimiento emocional, porque quien de manera intrusiva pensó “sino me lavo tres veces las manos tal familiar podrá fallecer”, le cree al pensamiento.
En prácticas de psicología basadas en la evidencia: “El uso consciente, explícito y juicioso de la evidencia más actual y vigente en la toma de decisiones en la atención individual de los pacientes”, el trabajo con los pensamientos es de suma utilidad e importancia ya que hay evidencia empírica producto de investigaciones de la incidencia recíproca entre los pensamientos y el estado de ánimo.
El concepto de "esquema", que utilizamos los psicólogos que aplicamos terapias basadas en la evidencia hace referencia justamente a eso, a tener en cuenta que las circunstancias de la vida cotidiana, "gatillan" o activan pensamientos automáticos (rápidos, fugaces, telegráficos, incluso apenas perceptibles en el procesamiento consciente), éstos a su vez activan una respuesta fisiológica, cognitiva y/o conductual, pero como mencione anteriormente, la relación es de incidencia recíproca, por lo que a su vez una activación emocional (tristeza, ira, alegría, etc.), activará pensamientos desde un razonamiento emocional, poniendo en evidencia esquemas nucleares (subyacentes) de la personalidad, construidos acerca de uno mismo, del mundo, del futuro. Entonces el concepto de esquema es fundamental para entender el comportamiento humano, ya que contamos con el polo fisiológico para comprenderlo, cognitivo (foco atencional, pensamientos, creencias), conductual (lo que hacemos) y el emocional.
En terapia cognitiva nos centramos específicamente en la intervención de los aspectos cognitivo y conductual, y en el caso de querer generar sinergia en los tratamientos, es decir mayor eficacia aún, o donde tratamientos combinados con medicación hayan probado mayor eficiencia en trastornos específicos, se atenderá al polo fisiológico desde la psiquiatría además, sabiendo que habrá incidencia también en los aspectos emocionales.
En terapia cognitiva nos centramos específicamente en la intervención de los aspectos cognitivo y conductual, y en el caso de querer generar sinergia en los tratamientos, es decir mayor eficacia aún, o donde tratamientos combinados con medicación hayan probado mayor eficiencia en trastornos específicos, se atenderá al polo fisiológico desde la psiquiatría además, sabiendo que habrá incidencia también en los aspectos emocionales.
Por lo mencionado brevemente, es importante el monitoreo de pensamientos, sabiendo que la distorsión en los mismos ocasiona emociones displacenteras. La función del pensamiento es hacernos más adaptativos al medio, si los pensamientos no reflejan de un modo funcional y adaptativo al medio en el cual nos desarrollamos y vivimos, estos se vuelven rígidos, disfuncionales, desadaptativos, trayéndonos sufrimiento emocional, y por lo tanto conductual, (actuaremos en consecuencia). La importancia de saber que no somos lo que pensamos, es decir, realizar un distanciamiento cognitivo es de suma importancia, no identificándonos con lo que pensamos, sino que simplemente el pensamiento, tanto como los hábitos, son aprendidos por funcionalidad caduca y repetición, en el caso de los que traen sufrimiento, y son producto de procesamientos de creencias nucleares acerca de uno mismo, del mundo y del futuro como mencionaba antes. Esto se evidencia en alto grado en los pensamientos obsesivos, donde hay mucho sufrimiento emocional, porque la persona que de manera intrusiva pensó “sino me lavo tres veces las manos tal familiar podrá fallecer”, le cree al pensamiento, emocionalmente siente muchísimo displacer y conductualmente de manera compulsiva tiene que lavarse las manos, sin cuestionarse un momento que es simplemente un pensamiento, y que ello no la identifica.