La fotografía puede generar pensamiento y emoción. Y hasta despertar
conciencias dormidas por el ritmo que se impone a diario, dentro del espectro
rutinario, infernal y taciturno que transitamos.
Y esta es la historia de un fotógrafo, nada más ni nada menos que la de uno de los
imprescindibles de la historia. Un hombre que pese a sus conflictos, logró
capitalizar aquello que muchos no quieren ver, demostrando que hay otro mundo
detrás de las cortinas de lo lineal y conocido, y ese mundo urge del compromiso de
cada uno de nosotros
"MINAMATA" (2020)
De Andrew Levitas
Género: drama
Estados Unidos - Reino Unido
Comentario cinematográfico:
Hugo Bertone
Una fuerte y relevante historia, nos trae en esta oportunidad Andrew Levitas, un joven director que logra algo altamente relevante en su segundo trabajo
cinematográfico: tocar aquella fibra que dé a ratos despierta, llamada conciencia social. Desde la confección de un correcta linea argumental, hasta el logro de su rol como director, genera un relato sin concesiones, situando desde lo visual aquel concepto que dicta que “Una imagen, vale más que mil palabras” con total honestidad artística.
Todo comienza en New York, en 1971. Tras los célebres días como uno de los
fotoperiodistas más venerados de la II Guerra. Eugene Smith se siente
desconectado de la sociedad que lo circunda y de su propia carrera. La revista
“Life” lo envía a la ciudad costera japonesa de Minimata, cuya población ha sido devastada por el envenenamiento de mercurio, un resultado nefasto producto de décadas de negligencia industrial. El fotógrafo se sumerge en la comunidad y sus imágenes le dan al desastre una dimensión humana desgarradora.
Este trabajo está basado en hechos reales y un hombre en dilema permanente con su pasado y su ego. De plano y casi sistemáticamente, una lucha interna y la necesidad de demostrar su modo de ver el mundo y cómo los medios sensacionalistas de comunicación, van abriendo un sendero estructural que forma parte real de aquello que vendrá. Su obsesión por la perfección produce un sistemático antagonismo con sus conductas cotidianas. Y la contradicción humana se va desarrollando en un personaje al límite de su trascendencia, a punto de embarcarse en un derrotero que le será por demás difícil, que lo pondrá cara a cara con todo aquello que dejó de lado por priorizar su carrera. Demonios interno permanentes van y vienen dentro del retrato de Minamata, su lucha y padecer, recordándonos la importancia de tejer redes humanas y hace un ejercicio de empatía inspirador.
El comienzo del trabajo tiene cierto aroma de historias de hombres contadas por y para hombres. Un señor huraño, egocentrista, cuya carrera profesional está estancada encuentra refugio en el alcohol hasta que aparece un proyecto que vuelve a suscitar su motivación. Enfundando su traje de “superhéroe”, conseguirá salvar al mundo desde su occidental forma y mirada; pero no, el desarrollo de la trama irá abriendo el abanico de algo más especial.
Los detalles técnicos están prolijamente cuidados y detallados y nos transportan al Japón de la época. Fotografía y dirección consiguen explotar el potencial de una escenografía acertada al detalle con las localizaciones escogidas.
Benoît Delhomme, el gran cinematógrafo francés, es el responsable de una labor visual sentida y sumamente profesional y el regreso del gran maestro musical, aquel que desde su gigante “Yellow magic orchestra” hasta este presente, logró generar ambientes y sonidos de profundidad personal y ecléctico, el gran Ryūichi Sakamoto genera un lienzo maestro sonoro, sentido y altamente creativo.
En la faz actoral, destacables roles como el del artista marcial Hiroyuki Sanada, "roleando" a un activista en reclamo severo de los derechos humanos vulnerados, o el inmenso actor británico Billy Nighy, quien da vida a un inescrupuloso director de un importante medio gráfico.
Y Eugene Smith, un hombre que se debate entre su faz creativa y los avatares. Una irreprochable labor de Johnny Deep, merecedor absoluto de toda la gloria a través de haber confeccionado la labor de su vida. Un trabajo único, que demuestra todo el oficio metodológico y comprometido, inmerso en la esencia misma del fotoperiodista.
Los habitantes de Minamata sufrieron durante años las incalculables
consecuencias que la contaminación por mercurio género en sus cuerpos. Una fábrica de la zona lanzaba sus residuos al mar, considerando un daño colateral los efectos que esto pudiera tener en las vidas de los vecinos. A esta denuncia se suma una punzante crítica al periodismo, al que se acusa de haber perdido su esencia, todo dentro de un franco y emotivo trabajo.
La histórica foto de Tomoko Uemura aun interpela, al descubrirla o volver a
observarla, nos sitúa de plano ante nuestra responsabilidad en materia medio ambiental y el caso omiso que realizamos cada vez que un monstruo generador de tóxicos se sitúa en alguna región.
Smith, los monopolios, la desmedida y absurda ambición humana y una historia imprescindible de ser conocida.