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TALLER DE CONSTELACIONES FAMILIARES

Sábado 21 de septiembre

de 15 a 18:30hs.

Inscripción previa

Valor: $8000

Caballito (CABA)

11-6552-6589

Lic. Leticia Cohen

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El secreto familiar y la exclusión se presenta, en muchas ocasiones, un hecho en la vida de gran trascendencia y que tiene que ver con la identidad.

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Se descubre en un momento de ella, a veces a los treinta o cuarenta años, que el padre no es el padre. Sí, el padre que crió a esa persona, que es el esposo de la madre, sólo es un supuesto padre porque el verdadero, del que se lleva la sangre y las leyes de la herencia, es otro

Muchas veces este hombre es un gran amor escondido o muy importante, pero fue pasajero porque los involucrados no le pudieron dar otro curso; o fue un encuentro inexplicable. Cualquiera sea el caso, buscándolo o no, dejó su huella: un hijo. Como este hijo fue concebido en esas circunstancias y el matrimonio continúa; la madre, no sabiendo cómo resolver la situación, lo adjudica como un hijo de su marido. Es una realidad dolorosa para todos y para el hijo un tema de identidad y confusión.

Hay casos con hijos de corta edad y que la madre se debate entre la comunicación y el silencio sin saber qué hacer, y a pesar de que consulta al respecto, muchas veces continúa con el secreto pues no se atreve a afrontarlo y resolverlo por miedos. En otros, la madre lo oculta sistemáticamente por largos años, pues no puede contar lo sucedido al mismo tiempo que padece de angustia permanente, culpa, temores y lleva esa carga por toda su vida. A veces, en avanzada edad lo comunica, y otras, se lleva el secreto a su tumba.

La solución es asumir la responsabilidad y optar por la comunicación que libera el secreto. Por supuesto que las consecuencias serán, probablemente, la disolución del matrimonio y el despertar de muchas emociones encontradas en los involucrados. No faltarán los reproches, las culpas, los enojos, el dolor, la incomprensión; sin embargo, se generará un gran alivio para todos, reconocido o no, ya que la verdad tiene un lugar y especialmente para el hijo que se encontrará con su identidad y su ascendencia verdadera, con presencia o no.

También puede ocurrir que el supuesto padre lo acepte y la vida continúe, pero desde ya, será un antes y un después. He recibido varias consultas sobre este tema, tanto de madres como de hijos, todos con mucho pesar y conflicto por lo ocurrido. La orientación es que lo hecho, hecho está y que la solución pasa por la aceptación sin juzgamientos de ninguna índole.

En una constelación se pone orden a los aconteceres de la vida y el alivio empieza a aparecer en los implicados. Los secretos en las familias, son como la levadura en la masa para pan, con la diferencia que la levadura es buena para hacer pan, pero los secretos toman dimensiones inquietantes y tienen consecuencias desafortunadas para todo el sistema.

En Los Órdenes del Amor, se postula que todos los miembros de un sistema deben ser reconocidos como tales, sin importar condición moral, y en el lugar que les corresponde; es una ley de pertenencia que de no respetarse trae severas consecuencias a la familia.

Un sistema familiar está compuesto por los hijos, sus padres, los hermanos de sus padres, los abuelos, a veces, generaciones más lejanas, y también las primeras parejas o amores, legalizadas o no, de cada uno de los cónyuges y por supuesto los hijos de esas parejas anteriores. También pertenecen al sistema aquellas personas que no configuran lazos en el sistema pero que por algún motivo sufrieron daño, enfermedad o muerte por parte de alguno del sistema, dígase por un abuelo, bisabuelo o padre. Así está conformado un sistema familiar. Si alguno de estos se excluye habrá consecuencias ineludibles. En el caso de los padres evitados del sistema, como son los que mencioné anteriormente, es una exclusión, aparte del secreto y todas las consecuencias que esto trae.

Las Constelaciones Familiares proponen llevar orden al sistema, es decir, reparar el desorden; en las situaciones expuestas incluir al padre verdadero es volver al orden, darle su lugar y su jerarquía, y devolver la identidad y su progenie al hijo.

Reflexionando al respecto, vean ustedes que cuando un hijo tiene un supuesto padre y después tiene hijos, sus hijos llamaran abuelos a personas que no tienen nada que ver con él, que no son sus ascendientes verdaderos, que no llevan su sangre y esta falsedad se va multiplicando de generación en generación. No por nada, los hijos adoptados sepan o no que lo son, aunque sí lo saben en algún rincón de su ser, buscan o quieren saber de sus progenitores en un momento de su vida; es una necesidad de saber de dónde se provienen. Y estos hijos de padres ocultados, también lo sienten de alguna manera y si lo saben lo buscan, y si no lo saben, pero lo sospechan, lo indagan de todas las formas posibles.

Recuerdo una consulta en la que un muchacho, Juan, de mediana edad, tenía la duda sobre su verdadero padre. Hubieron en su vida palabras o frases que escuchó, actitudes y circunstancias que presenció y que le hicieron sentir y pensar a lo largo de su vida que su padre no era su padre. Su madre lo mostraba de diversas maneras, pero nunca lo verbalizó abiertamente y se llevó su secreto junto con su vida. Cuando Juan realizó su constelación, se reveló claramente esto y pudo reencontrarse consigo mismo y con una realidad que se transformó de pesada carga en alivio y tranquilidad. Ahora sabía de dónde venía y esto fue bueno para él. Por supuesto que también sintió mucha pena por todo lo acontecido en su vida, pero esta era una pena buena que procesaría en paz.

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Una constelación es el camino que con humildad se puede recorrer para reencontrarse con la fuerza que se perdió en el conflicto. El conflicto, según su magnitud, puede ser devastador y llevar a las personas involucradas, más o menos a unas que a otras, a niveles de altos montos de estrés produciendo enfermedades de todo tipo y tenor. En esta destrucción que va sufriendo la persona, pierde sus fuerzas, se va debilitando. En la realización de una constelación, se tiende a la búsqueda de la mejor solución para el sistema en cuestión. Esta resolución hace que la persona recupere las fuerzas perdidas en el conflicto

Los Órdenes del Amor son el sustento teórico de una novedosa modalidad terapéutica que se desarrolla a través de las Constelaciones Familiares.​​

Los Órdenes del Amor son justamente eso, órdenes o leyes que de respetarse llevan a un sistema familiar a un estado de alivio y plenitud. Al contrario, cuando estas leyes se alteran sobreviene enfermedad, perturbaciones diversas y hasta tragedias en las familias.

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La  familia o sistema familiar o red familiar está compuesta por la persona y sus hermanos, los padres y sus hermanos, los abuelos y sus hermanos, los bisabuelos. También forman parte de la red las vinculaciones anteriores de los padres como ser parejas  o amores importantes y los hijos que hubieran nacido de esas uniones. Del mismo modo, aquellas personas que hubieron sufrido desgracia o muerte dejando beneficio para algún miembro del sistema.

El principio primordial de Los Órdenes del Amor es que no se permiten excluidos en un sistema familiar, y que si los hay, una persona de la última generación se hará cargo de compensar esta falla. Otro de los órdenes es el respeto por el orden de llegada al sistema, el que vino primero es primero, es decir cuando un hermano segundo o tercero, se arroga el lugar de primero, está infringiendo el orden cronológico en el sistema y esto es causa de confusión, falta de lugar adecuado en el mundo y hasta de trastornos mentales en los miembros de un sistema.

Así mismo es una alteración de este orden cuando los hijos ocupan el lugar de padres de sus propios padres. Cuando estos órdenes se alteran, las Constelaciones son el modo de hallar soluciones a estos desórdenes y permiten que el amor que se había bloqueado en el desorden, vuelva a circular.

Las constelaciones se realizan en talleres grupales y es inigualable la energía que se despliega al desarrollarse este trabajo. En terapias individuales, se puede también utilizar este enfoque.

En las Constelaciones se trabaja con representantes, por eso no hace falta que venga al taller toda la familia. Los representantes son personas del grupo que son elegidos por el consultante para que representen a los miembros de su familia (su padre, su madre, a sí mismo, sus hermanos, etc.) tanto vivos como fallecidos, tanto presentes como ausentes. Después de elegirlos, el consultante los ubica en el espacio de acuerdo a su imagen interna de cómo se relacionan y ahí queda formada la primera imagen de la constelación que muestra el conflicto que aqueja al sistema familiar y por ende a cada uno que lo integra.

Se da un fenómeno en los representantes: una vez ubicados en el espacio de trabajo, perciben en sí mismos sensaciones físicas o sentimientos o tendencias corporales o ideas de las personas a las cuales representan.

Su historia es que sus bisabuelos paternos son: él, de un país considerado en todos sus aspectos mayor, fuerte, de alta inteligencia y capacidades diversas; y ella, de un país de esos mal mirados, pobres, de bajo nivel sociocultural y económico. La representante de la consultante se siente fuertemente identificada con su bisabuela paterna, del país pobre. Desde ese lugar, difícilmente pueda salir adelante. Pero el tema no son las imposibilidades, sino ver cómo ir al conflicto desde otro lugar que lleve a una sanación. En este caso, sin querer (como sucede algunas veces, aparecen informaciones en el transcurso de la constelación), la persona me dice que el bisabuelo del país rico e importante va al país pobre a hacer negocios porque ahí hay minas de metales preciosos. Parece que el país desvalorizado tiene riquezas escondidas en su suelo. Y desde ahí se abre el camino de la solución. El rico necesita de las riquezas del pobre. Fue muy emotivo y reveló la fuerza de la pobreza. En un momento del trabajo la representante de la bisabuela sintió en su cuerpo la fuerza de la tierra que le subía desde las plantas de sus pies hasta más arriba de su cabeza. Esto fue la liberación para la consultante porque pudo salir de la imagen desvalorizada  socialmente sostenida del país de sus  ancestros y por ende de sus orígenes, con la que ella estaba identificada.

Como lo expreso en diferentes ocasiones y de diversas formas, una constelación es el camino que con humildad se puede recorrer para reencontrarse con la fuerza que se perdió en el conflicto. El conflicto, según su magnitud, puede ser devastador y llevar a las personas involucradas, más o menos a unas que a otras, a niveles de altos montos de estrés produciendo enfermedades de todo tipo y tenor. En esta destrucción que va sufriendo la persona, pierde sus fuerzas, se va debilitando. En la realización de una constelación, se tiende a la búsqueda de la mejor solución para el sistema en cuestión. Esta resolución hace que la persona recupere las fuerzas perdidas en el conflicto.

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