top of page
ffdf.jpg

"Tal vez ni remotamente, el eximio ser de letras (Dante), hubiera imaginado que la degradación humana ligada de modo transversal al poder económico y el poder social, podría llegar a límites tales como la temática que aborda esta película. 
El tráfico humano en esta modernidad liquida y enfermiza, es un negocio de 150 billones de dólares al año.

Al día de la fecha, transcurrimos el demoníaco proceso de mayor esclavitud en todo el mundo en sus diversas formas. Y millones de esclavos son niños.
Depende de cada uno de nosotros alistarnos en el compromiso fundamental para combatir estos endémicos males que hoy son iluminados por el cine.
De cara a la construcción de una sociedad realmente más justa y comprometida con el prójimo."

Sonido de libertad (Sound of Freedom): El Infierno de Dante en el paraíso.
Analisis y comentario cinematográfico.
Por Hugo Bertone.

 


En algunas ocasiones el avispero social se sacude, dejando entrever muchas miserias y dolores que contiene la actual sociedad. Y cuando esto sucede, más que bienvenido resulta todo aquello ligado a movilizar y hacer pensar. Sound Of Freedom invita a movilizar toda aquel criterio de conciencia que se diluye en muchas oportunidades producto del esquema que propone y plantea un sistema que dentro de su decadencia, logra mostrar hechos que muchos de nosotros preferimos no ver, no saber, que pretende convertirnos en aquellos simbólicos monitos que no escuchaban, no hablaban y no leían para así poder atravesar dentro del plano vital, momentos de “felicidad y buen vivir” tratando de prescindir de conocer realidades ajenas que en muchos casos resultan extremas.

 


Ese extremismo se percibe desde los primeros instantes de este trabajo en la línea de thriller generado por Alejandro Monteverde, director Mexicano quien en su opera prima llamada “Bella”, aborda con sutileza el álgido tema del aborto, logra definir un producto que desde su temática, producirá controversia directa, abordando el mismo desde un paradigmático suceso que se desarrollara dentro de todo el hilo argumental, pero que cae en lugares comunes que se mantienen durante la narrativa y desaprovechando el personaje central y mostrando las limitaciones de la obra dentro de un marco selvático poco aprovechado para mostrar un desarrollo más profundo.
La historia esta inspirada en las vivencias de Timoty Ballard, ex agente del departamento de seguridad Nacional de los Estados Unidos, quien investiga casos de secuestros de niños quienes terminan siendo explotados por redes de pornografía infantil en determinados lugares de Latinoamérica, sin poder hacer más que detener a sádicos consumidores de contenido on line pero no salvar y liberar a las víctimas.

 


Primero con la ayuda de su país y luego sin ella, se dispone a combatir las sucias redes situándose en el caso de dos hermanos que son cooptados y secuestrados por dementes seres.


Estos trabajos poseen una dicotomía digna de manifestar: por un lado, suelen ser luces que se encienden para el desarrollo de aquella conciencia que muchos poseemos a oscuras y por otro, rozan el límite de constituirse como material de propaganda de aquellos que siempre intentaron consagrarse como “fiscales y salvadores del planeta” en cada una de sus intervenciones en los diversos conflictos intentando inyectar el valor moral que, paradójicamente, no sostenían en los hechos reales.


¿Con cuál de las dos aristas nos quedamos, o cual es la más importante ante el hecho de abordar un trabajo no pochoclero que nos dejaraá más dudas que certezas desde el punto de interpelarnos acerca de nuestra directa responsabilidad ante los buenos y malos actos humanos?


Tal vez la mirada de su protagonista y su cambio silencioso y progresivo resulta ser una veta estructural de importancia ante el hecho concreto del compromiso que cada uno de nosotros debemos lograr para sanar un poco esta insana humanidad. “Los niños de Dios no están a la venta” sostiene el ex agente y desde la narrativa casi evangélica podemos encontrar caminos de comprensión ante una decisión interna. Esa decisión libera un camino como el sonido de la libertad que todo niño libera al jugar con plenitud y sin presión. La libertad genera un sentido de responsabilidad ante el hecho de obtenerla y de allí, al cambio de visión o posición en ítems complejos. El de la esclavitud y secuestro de niños alrededor del mundo es uno, y la orientación a tocar fibras íntimas excede la alta o baja calidad cinematográfica que pueda poseer el trabajo ubicándonos en un plano que produzca una concordancia general en la cual no existe grieta alguna.


Incluyéndose dentro del debate general del film la famosa “teoría del QAnon” (abreviación de Q – Anónimo) la cual detalla una conspiración en contra del Ex gobernante Trump, y actores y políticos del partido demócrata estadounidense que son miembros de una red de pedofilia y explotación sexual hacia menores, este trabajo de por si, hará tomar conciencia más que postura: genera el hecho de estar un poco mas atentos en tiempos tecnológicos, minado de pantallas a nuestro alrededor y perversión por doquier.

 


Un análisis de los discursos implícitos, superando el impacto del doloroso e indignante drama que viven los infantes en la película, nos permite reparar en el contenido ideológico del cual se parte para explicar el problema de la explotación sexual infantil a través de una supuesta historia real.
En el carril técnico cabe destacar el trabajo de fotografía del Español Gorka Gómez – Andreu (muy bien logrados los planos dentro de la selva centroamericana) y la música incidental, acertada y no sobrecargada de Javier Navarrete, y un puñado de clásicos de la música Latinoamericana (nuestra Mercedes Sosa interpretando aquel himno generacional llamado “La maza” de Silvio Rodríguez, en una interesante secuencia dentro de la Cartagena de Indias profunda, lugar donde paradójicamente se situó el génesis de la colonización…) que nos empujará a ingresar en la necesaria reflexión ante tamaños sucesos que exceden la ficción.

 


La faz actoral esta integrada por los niños Cristal Aparicio y Lucas Avila en una profunda actuación, el experimentado Bill Camp como Vampiro, el tradicional timador Latino y Jim Caviezel en un medido pero no por eso poco importante rol, como el que pone el cuerpo ante la batalla interior que libra a cada instante, logrando un trabajo por demás importante más allá del logrado Jesucristo de “La pasión de Cristo” del Australiano Mel Gibson, entre otros.
Dante junto a Virgilio tuvo que atravesar esos temidos infiernos que se manifiestan cada vez que una empresa virtuosa se constituye, en aquella Magna epopeya literaria llamada "Divina Comedia".
Tal vez ni remotamente, el eximio ser de letras, hubiera imaginado que la degradación humana ligada de modo transversal al poder económico y el poder social, podría llegar a límites tales como la temática que aborda esta obra. 


El tráfico humano en esta modernidad liquida y enfermiza, es un negocio de 150 billones de dólares al año.


Estados Unidos uno de los máximos países de consumo de pornografía infantil.


Al día de la fecha, transcurrimos el demoníaco proceso de mayor esclavitud en todo el mundo en sus diversas formas. Y millones de esclavos son niños.
Depende de cada uno de nosotros alistarnos en el compromiso fundamental para combatir estos endémicos males que hoy son iluminados por el cine.
De cara a la construcción de una sociedad realmente más justa y comprometida con el prójimo.

bottom of page