El pasado 23 de sepiembre por la tarde la estación Echeverria de la Línea B de subterráneos pasó a llamarse "Echeverría - Mártires Palotinos", en el marco de la Ley N° 6.634 sancionada por la Legislatura CABA. El acto de inauguración de la obra realizada por Mosaico Nacional estuvo encabezado por Taty Almeida y contó con la presencia de legisladores y legisladoras, referentes de organismos de derechos humanos y representantes de comunidades religiosas.
La bendición estuvo a cargo del párroco, el P. Pablo Bocca, quien celebró la misa junto al P. Domingo Bresci luego de la procesión que culminó en la iglesia San Patricio.
Este acontecimiento, fruto del trabajo colectivo, reafirma más que nunca el compromiso por Memoria, Verdad y Justicia para los cinco religiosos asesinados por el terrorismo de Estado el 4 de julio de 1976.
Al finalizar el acto de inauguración se inició junto a los concurrentes una procesión a pie hasta la Parroquia San Patricio, en donde se realizó una misa.
(*) " ‘La Masacre de San Patricio’, es el modo en que se conoce al crimen perpretrado a la Comunidad Palotina en la Parroquia San Patricio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la madrugada del 4 de julio de 1976 en el marco del terrorismo de Estado. Los Palotinos asesinados fueron los sacerdotes Alfredo Leaden (57), Alfredo Kelly (43) y Pedro Dufau (67), y los seminaristas Salvador Barbeito (29) y Emilio Barletti (23).
Es el mayor crimen cometido contra la Iglesia Católica argentina, el cual sigue impune. A 47 años de la masacre de San Patricio, seguimos pidiendo memoria, verdad y justicia por los Mártires Palotinos.
El 4 de julio de 1976 fue domingo. Ese día. que para los cristianos es santo, se dio muerte a cinco personas que como Jesús, murieron trágicamente, víctimas de la violencia surgida del poder de su tiempo.
Durante la madrugada, un grupo de tareas ingresó a la casa parroquial, reunieron a los cinco palotinos en la sala de la comunidad, constataron la identidad de cada uno de ellos y finalmente los fusilaron por la espalda. Cayeron boca abajo. Los asesinos siguieron disparando. algunas de las víctimas recibieron más de 70 proyectiles, mientras exhalaban el último respiro. Allí fueron dejados para ser vistos por cualquiera que entrara a la casa. Los cuerpos ya sin vida se desangraron sobre la alfombra roja de la sala.
Dar la vida es el mensaje explícito del evangelio de Jesús; es seguir su mismo camino. A él lo mataron por ser molesto a los poderosos de su tiempo, defender la dignidad de todas las personas y cuestionar las injusticias. En una palabra, por ser coherente, teniendo una sintonía perfecta entre sus palabras y sus actitudes.
En 2001, el entonces Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Jorge M. Bergoglio, hoy Papa Francisco, dijo en la homilía de la misa del 25º aniversario de la masacre: ‘Esta Parroquia ungida por la decisión de quienes juntos vivieron, ungida por la sangre de quienes juntos murieron, nos dice algo a esta ciudad, algo que cada uno tiene que recoger en su corazón y hacerse cargo. despejar etiquetas y mirar el testimonio. Hay gente que sigue siendo testigo del evangelio, hay gente que fue grano de trigo, dio su vida y germinó.’
Los mártires palotinos fueron coherentes desde el evangelio. Su testimonio sigue siendo un signo de unidad en defensa de la dignidad humana y el respeto a los derechos humanos. Ellos son un ejemplo y una inspiración para construir una sociedad más justa y en paz."
(*) Texto perteneciente a placa inaugurada durante el acto
Imágenes: DM23