Un ayer que es un hoy y un hoy que es un ayer. Las cronologías no existen para el alma. Los afectos y las emociones no tienen tiempos, sólo están, actúan, producen, se transforman; sólo hay un hoy que condensa todos los momentos
Las perturbaciones de este hoy están ligadas a cuestiones sin resolver desde nuestros padres hasta nuestros ancestros. Es posible transformar este hoy perturbado en un hoy liberado a través de una constelación familiar u organizacional según del grupo que se trate.
Los cambios que se producen a través de una constelación pueden ser inmediatos y fácilmente visibles y efectivos; y al mismo tiempo son el origen de procesos sanadores que echan a andar, y que a corta o más larga data muestran la eficacia del trabajo realizado.
Las Constelaciones son la forma de mostrar la disfuncionalidad en un sistema y el modo de conducirlo al orden. Se descubre qué está sosteniendo un conflicto, cuáles son las raíces de un dolor, una pena, un enojo.
Un breve ejemplo:
Una joven consulta porque se siente enojada con la mamá y con su familia de origen. Se realiza la constelación y se va ordenando el sistema: los hijos del mayor al menor, la inclusión de un hermano que no nació (aborto espontáneo); la inclusión del padre (que estaba despreciado por la madre) y el acercamiento del hijo varón que lo necesita; todo va cerrando, pero falta algo. De pronto la consultante siente y descubre que necesita alguien a su lado de forma entrañable, es un gemelo que no llegó a término. Con la inclusión de este gemelo se resuelve el malestar y aparece el alivio y la paz.
Muchos temas, a veces impensados, aparecen en una constelación y en el transcurrir de la misma se encuentra el camino hacia la sanación.
Una Constelación es marchar hacia un espacio-sin tiempo en el que nos reencontramos y tenemos la oportunidad de “reconocer lo que es” con humildad, sin críticas ni juzgamientos.
Los invitamos a participar de esta experiencia sanadora. Bienvenidos/as.