No existe nada más atractivo y congruente, nada más claro y original, que una fuerte historia para relatar, contar, mostrar de modo concreto a través de lo visual, la construcción de un alegato que imprima análisis a quien lo presencia, que genere cauce real de razón y que sorprenda. Como bien sorprende un segmento de la vida de una verdadera dama.
Con extrema inteligencia, conformando un trabajo por demás interesante y muy bien esquematizado y plasmado en tan solo 30 minutos, la cineasta Guillermina Pico, aporta una línea distinta en la construcción visual de esta obra, arquitectando desde una correcta e innovadora forma de dirección y la línea de guión cargada de guiños y símbolos representativos, una obra que merece el interés de observarla a través de descubrir la extrema situación que una adulta mayor debe transitar.
Natalia Kohen, artista de reconocida trayectoria, millonaria y mecenas, denuncia haber sido secuestrada por sus hijas e internada en un conocido neuro-psiquiátrico en contra de su voluntad. Las causas girarían alrededor de intereses económicos centrados en su fortuna. “Mis hijas me han quitado todo y me quieren hacer pasar por loca” declara a los diarios. Mientras atraviesa un juicio por insanía iniciado por sus hijas, un grupo de estudiantes de cine realiza un documental e intenta conocer al personaje detrás del caso.
Y el personaje se debate entre lo vulnerable de la condición humana y la estridencia artística de vanguardia. Detrás de aquella mujer que destila alcurnia y rasgos aristocráticos, se descorre un telón casi de tristeza profunda producto de lo inesperado, esos giros que posee el devenir mismo de la vida, cuando golpean teniendo baja la guardia. Una artista plástica y escritora argentina, ganadora de numerosos premios y Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, entre el dilema moral de considerar o no toda conspicua situación a través de la fortaleza que proviene de su cargado sesgo cultural, lugar certero que le otorga poseer y no abandonar lucidez alguna para sostener lo problemático de la adversidad a transcurrir.
Allí veremos la dama en solitario, recreando algo que neutralizaría cualquier esperanza al más pintado y su practicidad para generar modos y métodos que no la encierren en un claustro interior de enfermedad inexistente, el combate por sostener sus ideas y su convencimiento de aquello que resulta justo y necesario para su vida.
El equipo técnico de este trabajo realizado en la modalidad corto documental, aborda como grupo de asalto su hogar, exhibiendo los rasgos cotidianos de la artista, quitándose de toda estructura lineal de manual, exponiendo el amor por determinada forma musical, el cable terrestre que le representaba el arte plástico, un enojo cuando se le pide que demuestre identidad, un escribano en el proceso de definir de modo legal el trabajo fílmico, un piano que desea regalar, pero que por sugerencia de una jueza, debería “prestar”.
El no tener la libertad de disponer de sus bienes y enceres se transforma en un segmento fundamental del trabajo, generando la narrativa exacta de la protagonista de sus diversos avatares judiciales, los intereses marcados, la neutralización de deseos, que excede el marco material. Es como que para una artista de la relevancia de Natalia, el golpe artero resulta el no poder concretar sueños ajenos, más allá de las intenciones de su familia y el “cuidado” que deseaban constituir hacia “la endeble y frágil salud mental “ de la artista.
El dilema controversial de una situación judicial abre el conocimiento, de modo paradójico, de un ser que aportó claramente luz a la cultura.
De adulta, ganó y pudo más la bohemia bien entendida versus la raíz de poder económico. Y quizás esos marcos contendientes y anacrónicos entre sí, se capitulan dentro de una historia profunda que es por demás interesante bucear, fuera de este alegato fílmico, que resulta un aporte fundamental, un homenaje hacia una persona que no desistió en marcos opresivos, en lugares nada necesarios para su trascender, pero que pudo caminar con inteligencia por senderos minados de interés material y poco entendimiento.
Esta obra pone de manifiesto una situación que en diversas oportunidades se generan dentro del sistema de salud mental.
La dama fue a dar a un instituto a través de un falso diagnóstico generado por un renombrado neurólogo que tuvo en extremo problemáticas legales diversas, mediante la confección de certificados truchos para que las hijas de Natalia logren la internación, allá por 2005.
El profesional en cuestión, en este preciso momento se candidatea para un cargo político. Muchos monos con navajas afiladas desearon derrumbar el temple de Natalia.
Jugar con su pensamiento, razón, recuerdos, “psicopatear” para conseguir un fin. Pero el arte, aquel que fortalece, sana y cura pudo más que la maquinaria material, fría y siniestra.
“Yo, Natalia”, cine argentino. Que en un breve lapso de tiempo, puede generar un recuerdo certero, aporte fundamental y necesario para aquel que se pone detrás de un lente, sin obturar realidades.
Documental "Yo, Natalia", ver:
No existe nada más atractivo y congruente, nada más claro y original, que una fuerte historia para relatar, contar, mostrar de modo concreto a través de lo visual, la construcción de un alegato que imprima análisis a quien lo presencia, que genere cauce real de razón y que sorprenda. Como bien sorprende un segmento de la vida de una verdadera dama.
Con extrema inteligencia, conformando un trabajo por demás interesante y muy bien esquematizado y plasmado en tan solo 30 minutos, la cineasta Guillermina Pico, aporta una línea distinta en la construcción visual de esta obra, arquitectando desde una correcta e innovadora forma de dirección y la línea de guión cargada de guiños y símbolos representativos, una obra que merece el interés de observarla a través de descubrir la extrema situación que una adulta mayor debe transitar.
Natalia Kohen, artista de reconocida trayectoria, millonaria y mecenas, denuncia haber sido secuestrada por sus hijas e internada en un conocido neuro-psiquiátrico en contra de su voluntad. Las causas girarían alrededor de intereses económicos centrados en su fortuna. “Mis hijas me han quitado todo y me quieren hacer pasar por loca” declara a los diarios. Mientras atraviesa un juicio por insanía iniciado por sus hijas, un grupo de estudiantes de cine realiza un documental e intenta conocer al personaje detrás del caso.
Y el personaje se debate entre lo vulnerable de la condición humana y la estridencia artística de vanguardia. Detrás de aquella mujer que destila alcurnia y rasgos aristocráticos, se descorre un telón casi de tristeza profunda producto de lo inesperado, esos giros que posee el devenir mismo de la vida, cuando golpean teniendo baja la guardia. Una artista plástica y escritora argentina, ganadora de numerosos premios y Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, entre el dilema moral de considerar o no toda conspicua situación a través de la fortaleza que proviene de su cargado sesgo cultural, lugar certero que le otorga poseer y no abandonar lucidez alguna para sostener lo problemático de la adversidad a transcurrir.
Allí veremos la dama en solitario, recreando algo que neutralizaría cualquier esperanza al más pintado y su practicidad para generar modos y métodos que no la encierren en un claustro interior de enfermedad inexistente, el combate por sostener sus ideas y su convencimiento de aquello que resulta justo y necesario para su vida.
El equipo técnico de este trabajo realizado en la modalidad corto documental, aborda como grupo de asalto su hogar, exhibiendo los rasgos cotidianos de la artista, quitándose de toda estructura lineal de manual, exponiendo el amor por determinada forma musical, el cable terrestre que le representaba el arte plástico, un enojo cuando se le pide que demuestre identidad, un escribano en el proceso de definir de modo legal el trabajo fílmico, un piano que desea regalar, pero que por sugerencia de una jueza, debería “prestar”.
El no tener la libertad de disponer de sus bienes y enceres se transforma en un segmento fundamental del trabajo, generando la narrativa exacta de la protagonista de sus diversos avatares judiciales, los intereses marcados, la neutralización de deseos, que excede el marco material. Es como que para una artista de la relevancia de Natalia, el golpe artero resulta el no poder concretar sueños ajenos, más allá de las intenciones de su familia y el “cuidado” que deseaban constituir hacia “la endeble y frágil salud mental “ de la artista.
El dilema controversial de una situación judicial abre el conocimiento, de modo paradójico, de un ser que aportó claramente luz a la cultura.
De adulta, ganó y pudo más la bohemia bien entendida versus la raíz de poder económico. Y quizás esos marcos contendientes y anacrónicos entre sí, se capitulan dentro de una historia profunda que es por demás interesante bucear, fuera de este alegato fílmico, que resulta un aporte fundamental, un homenaje hacia una persona que no desistió en marcos opresivos, en lugares nada necesarios para su trascender, pero que pudo caminar con inteligencia por senderos minados de interés material y poco entendimiento.
Esta obra pone de manifiesto una situación que en diversas oportunidades se generan dentro del sistema de salud mental.
La dama fue a dar a un instituto a través de un falso diagnóstico generado por un renombrado neurólogo que tuvo en extremo problemáticas legales diversas, mediante la confección de certificados truchos para que las hijas de Natalia logren la internación, allá por 2005.
El profesional en cuestión, en este preciso momento se candidatea para un cargo político. Muchos monos con navajas afiladas desearon derrumbar el temple de Natalia.
Jugar con su pensamiento, razón, recuerdos, “psicopatear” para conseguir un fin. Pero el arte, aquel que fortalece, sana y cura pudo más que la maquinaria material, fría y siniestra.
“Yo, Natalia”, cine argentino. Que en un breve lapso de tiempo, puede generar un recuerdo certero, aporte fundamental y necesario para aquel que se pone detrás de un lente, sin obturar realidades.
Documental "Yo, Natalia", ver: