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La espiritualidad se ha considerado tradicionalmente un concepto esquivo que es difícil de investigar. Por lo tanto, su papel en el bienestar psicológico se ha visto en gran parte ausente. Más recientemente, sin embargo, la espiritualidad se ha colocado legítimamente en la psicología contemporánea. Esto incluye proposiciones metateóricas que la explican como un constructo psicológico legítimo, que difiere de la religiosidad y tiene aplicabilidad transcultural

La espiritualidad se ha convertido en un tema de mucho interés en los últimos tiempos en la comunidad científica. Esto incluye la convergencia de avances relacionados con el papel de la espiritualidad en los grupos de autoayuda, la psicología de la salud, la psiquiatría y la investigación de la conciencia.


Si bien la espiritualidad puede incluir la religión, se ha definido como una expresión de las formas trascendentes de realizar el potencial humano y como sinónimo de construcciones como la esperanza, el significado, la integridad, la armonía y la trascendencia (O'Reilly, 2004). La espiritualidad ha sido reconocida como una característica importante del proceso terapéutico y un contribuyente para mejorar la satisfacción con la vida y el bienestar y reducir el comportamiento antisocial, el abuso de sustancias y las tasas de suicidio (Brawer et al., 2002).

Por ejemplo, contribuciones recientes en la terapia de esquemas, un modelo cada vez más popular adoptado por los médicos para trabajar con personas con múltiples trastornos, explican la espiritualidad como "una sabiduría natural o espiritualidad que no se canaliza necesariamente a través de la religión institucional, y que proporciona una sensación de fortaleza y dirección frente a la pérdida y la adversidad" (Edwards, 2022, p. 5).

Del mismo modo, los avances recientes en psicología de la salud han desarrollado medidas para evaluar la espiritualidad (Braghetta et al., 2021). Se propone un nuevo marco en la salud para una mejor comprensión de la espiritualidad como un aspecto importante de la investigación en salud (de Brito Sena et al., 2021).

Un cuerpo de evidencia de investigación indica que la espiritualidad juega un papel importante en el tratamiento de afecciones médicas y psicológicas (Stanard et al., 2000) y que cualquier forma de psicoterapia que explore la profundidad de la psique humana eventualmente alcanzará el dominio espiritual (Elkins, 2005). Los resultados metanalíticos de 31 estudios que investigan psicoterapias de orientación espiritual proporcionan evidencia empírica de sus beneficios para las personas que experimentan diversas afecciones psicológicas, como ansiedad, trastornos alimentarios, depresión y estrés (Smith et al., 2007).

Las contribuciones contemporáneas en conciencia informan las asociaciones positivas y causales entre el bienestar espiritual y la salud mental (Saad et al., 2022), así como evidencia de apoyo para el uso de experiencias espirituales para tratar afecciones como la adicción, la depresión y la ansiedad para transformar vidas positivamente (Corneille y Luke, 2021).

Contribuciones recientes a la psiquiatría afirman que "la psiquiatría clínica de vanguardia busca brindar un tratamiento exitoso a las personas con enfermedades mentales en un enfoque integral que integre aspectos sociales y espirituales" (Huber & Schneeberger, 2020, p. 1).

Finalmente, se ha descubierto que los avances recientes derivados de investigaciones científicas rigurosas que examinan la eficacia de los programas de 12 pasos (12SP), inicialmente generados por Alcohólicos Anónimos (AA) y el tratamiento de la adicción, son intervenciones independientes efectivas para el trastorno por uso de sustancias, así como prácticas clínicas profesionales adjuntas efectivas (Kelly et al., 2020). A pesar de las dudas y críticas anteriores de la academia, hoy en día, "la evidencia de la eficacia de las intervenciones de 12 pasos es convincente" (Greene, 2021, p. 19). La espiritualidad es una construcción central, un factor terapéutico y un mecanismo de cambio inherente a ellas. (Kelly et al., 2011).

Neurociencia, conciencia y espiritualidad

Dado el progreso y las convergencias esbozadas hasta ahora, no es para nada sorprendente que la neurociencia y los beneficios clínicos de las prácticas espirituales se han convertido en los principales impulsores de la investigación científica reciente.

La investigación de la conciencia contemporánea proporciona evidencia emergente de prueba de concepto de la espiritualidad al afirmar que: (1) la mente está separada del cerebro; (2) el espíritu y el alma son comparables a la energía y la información que existen en el vacío del espacio; (3) los individuos pueden recibir información intuitiva que es precisa y útil en sus vidas individuales y colectivas; y (4) la salud física y psicológica puede fomentarse mediante procesos espirituales amorosos activos.


Hace casi un siglo, Carl Jung notó que muchas personas en su época estaban afligidas por sentimientos debilitantes de insignificancia, insuficiencia y desesperanza. En sus Obras Completas, Jung concluyó que tales sentimientos eran causados por lo que llamó el "El problema espiritual del hombre moderno".

Desde una perspectiva personal y de capacidad profesional, me atrevo a decir (sin exagerar) que las prácticas espirituales podrían ahorrarle a cualquiera años de sufrimiento y/o psicoterapia.

No es sorprendente que en los últimos tiempos, múltiples autores/maestros espirituales, algunos de los cuales se han convertido en bestsellers internacionales (por ejemplo, Tolle, Singer), hayan estado difundiendo el mensaje de la espiritualidad.

 

 


Sebastian Salicru
Fuente: www.psychologytoday.com

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