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Para los lectores que aún no tienen noticia de esta modalidad o algo les contaron pero cuesta entenderla porque es más comprensible a través de la vivencia; les menciono algunos principios y después un caso para que comiencen a ver un poco de qué se trata. Algunos creen que tiene que ver con astrología (por eso de las constelaciones), pero constelación se utiliza acá como sinónimo de configuración

Constelaciones Familiares o de cualquier relación de la que se trate, es una modalidad terapéutica que se dirige a la búsqueda de soluciones. A través de este trabajo se producen modificaciones profundas y radicales en los vínculos. ¿Por qué los vínculos? Porque esta forma de ver los conflictos nos muestra que los  malestares individuales están ligados tanto a lo interno de la persona como a sus vínculos. Los vínculos se dan dentro de un sistema y todo el sistema al que pertenece una relación padece y comparte esos malestares de una u otra manera.

Nos vinculamos con personas muy cercanas (familia), con objetos, ideas, ilusiones, lugares, situaciones, hechos, países, y todo lo que se les ocurra; y los vínculos son productores de conflicto (consigo mismo/a  o con  otros) y en consecuencia se desatan emociones de angustia dolor, tristeza, enojo, miedo, abandono, etcétera.

La constelación es la forma terapéutica destinada a sanar los vínculos enfermos y sus consecuencias, y desde un nivel fundamental, para producir crecimiento personal y una visión más trascendente en la vida.  A través de este trabajo la persona que consulta y todos los integrantes del taller pueden ver como lo trágico, lo doloroso, la indiferencia, el miedo, la desvalorización, etcétera, se van modificando en el transcurso del mismo. Aparecen los movimientos que llevaron al sufrimiento y los que llevarán al alivio. Pues esto se muestra en las constelaciones sorprendiendo a todos.

Un taller de constelaciones familiares es una jornada de sanación para todos los presentes ya que lo que sucede en él llega a las profundidades del alma generando una toma de conciencia que enriquece.

Les comento un caso. María es una joven de 33 años que está muy perdida en la vida, no tiene trabajo, dice que lo busca y no lo encuentra, vive con su madre con quien pelea. Le pregunto qué siente y llora con amargura, dice que mucha angustia y no sabe por qué y luego expresa que está enojada con la Vida, con el mundo, con lo que le toca vivir. Le pregunto si se quiere morir y dice que sí.

Coloco representantes para la Vida, el Mundo y el Destino y la pongo a ella frente a estos representantes. María llora y enfoca su mirada hacia el Mundo, le pregunto quién es el mundo y al rato dice que su padre a quién le tiene miedo (no fue maltratada ni abusada por el padre). Dada la dinámica y percibiendo que eso viene de otra vida le hago decir una frase pertinente al representante del Mundo-padre y María se calma y ya no tiene miedo. Seguimos trabajando con el Destino hasta que María empieza a sonreír, su cuerpo está relajado y su rostro se empieza a iluminar. Mientras sucede todo esto, la Vida va deslizándose por diferentes lugares y posturas y se va acercando a María. Ahí pongo un representante para el Trabajo y éste le abre los brazos recibiéndola.  La Vida los une abrazándose a ellos y al mismo tiempo el Mundo y el Destino se acercan acoplándose al abrazo.

La constelación es la forma terapéutica destinada a sanar los vínculos enfermos y sus consecuencias, y desde un nivel fundamental, para producir crecimiento personal y una visión más trascendente en la vida.  A través de este trabajo la persona que consulta y todos los integrantes del taller pueden ver como lo trágico, lo doloroso, la indiferencia, el miedo, la desvalorización, etcétera, se van modificando en el transcurso del mismo. Aparecen los movimientos que llevaron al sufrimiento y los que llevarán al alivio. Pues esto se muestra en las constelaciones sorprendiendo a todos.

María pasó de la Muerte a la Vida, su gesto cambió totalmente, sonríe,  sus mejillas están rosadas y sus ideas negativas se disolvieron dejando lugar a la esperanza y a la confianza.

Leticia Cohen

(Psicóloga-UBA)

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