

Ya cercanos a la Fiesta de Navidad, creyentes y no creyentes se reúnen, encuentran, brindan y se brindan en torno a la celebración de un nacimiento sucedido veintiún siglos atrás, en la ciudad de Belén (Casa de pan), periferia de la gran Jerusalén (Casa de paz), antiguas tierras de Canaán (Tierra palestina ansiada por hebreos). Lugar en donde se estableció un punto bisagra en la historia: el nacimiento anticipado, afirmado y desde entonces celebrado como la encarnación del Hijo de Dios. Lo trascendente excluido de toda centralidad, riqueza, poder. Condiciones que mantienen actualmente los habitantes de esos territorios como Franja de Gaza, Palestina.
Invisibilizados, pobres y vulnerables. Donde la mayor tragedia se asienta en los niños víctimas del Estado de Israel. Por este motivo y en esta fecha, nos hacemos eco de una carta urgente, una plegaria por las infancias de una región en la que ayer recibió en un pesebre al Redentor del mundo y hoy, sucede el mayor infanticidio del siglo
En 1953, apenas terminada la segunda guerra mundial, la filántropa Jella Lepman en respuesta al genocidio que el nazismo perpetró al pueblo judío, creó la Organización Internacional para el Libro Infantil y Juvenil (IBBY) con el fin de promover el entendimiento y la paz internacional, a través de los libros para niños.
“Anatomía de un genocidio” se titulaba el informe publicado en marzo de este año por Francesca Albanese, la relatora especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en los Territorios Palestinos Ocupados. Entonces concluía que existían “motivos razonables” para creer que “se ha alcanzado el umbral que indica la comisión del delito de genocidio”.
Hoy, noviembre de 2024 la experta NO DUDA en declarar que el gobierno de Israel comete los delitos de GENOCIDIO y LIMPIEZA ÉTNICA.
La literatura para la infancia, todo lo que ella representa y su ecosistema (escritores, ilustradores, editores, especialistas, mediadores, autores, lectores, difusores editoriales, instituciones, organizaciones, premios y premiados nacionales e internacionales) no puede desviar la mirada ante este horror. Nada puede ser lo mismo luego de esto que se menciona como una “Guerra declarada a los chicos”. Todo el hacer relacionado con la infancia se vacía de sentido, se vuelve palabra hueca, si se ignora lo evidente: se está ejecutando hace 411 días una orden política genocida, con el particularismo de tener números de infanticidio escalofriantes resultantes de la propia metodología del procedimiento. Por eso, quienes trabajamos con y por las infancias nos preguntamos: ¿Cómo puede ser que el gobierno de Israel, con una narrativa “defensiva” que lleva décadas, demuela un territorio, sus ciudades, sus escuelas, sus templos, su tejido humano, sus hospitales, sus guarderías y universidades, su memoria y que esas acciones brutales, que se llevan a cabo en transmisión directa, grabadas y subidas de a miles a redes por sus mismos perpetradores en una exhibición pública y casi festiva de un acontecimiento atroz y de dimensiones catastróficas, no tengan sanción alguna de gobiernos e instituciones?
En el total de los 45.000 asesinados hay casi 20.000 niños (los números finales de muertos indirectos deben multiplicarse como mínimo por 4, constituyéndose este episodio como el mayor infanticidio del siglo. Y todo esto ocurre en un territorio sitiado, asediado y perimetrado por Israel de apenas 400 cuadras de largo por 100 cuadras de ancho, con una densidad media de 6000 personas por kilómetro cuadrado.
Según Naciones Unidas ya hay más chicos asesinados que adultos varones, y hay miles de chicos mutilados con heridas y quemaduras gravísimas, más otras decenas de miles de niñas y niños desplazados, muchos de los cuales caminan huérfanos y perdidos por calles en ruinas sobre las que duermen, o están muriendo por heridas o enfermedad ya sin familiares con vida en hospitales, a razón de que el gobierno de Israel impide la llegada de alimentos y medicamentos mientras avanza la demolición. Todo esto es denunciado por los médicos voluntarios al regresar a sus países de origen (ver Apéndice). Hay otros miles de cuerpos de chicos que esperan bajo millones de toneladas de escombros a ser encontrados, porque los rescatistas apenas si tienen tiempo de remover las ruinas superficialmente.
Hay un genocidio en curso en la Franja de Gaza, documentado por víctimas y victimarios, retransmitido en directo frente a los ojos horrorizados del mundo a través de miles de millones de pequeñas pantallas. Los abajo firmantes, representantes de instituciones relacionadas con la infancia, editoriales, autores, especialistas, coordinadores de programas de lectura, maestros y profesores, bibliotecarios, mediadores y lectores, tenemos una responsabilidad con la infancia, objeto de nuestras preocupaciones y nuestro trabajo.
Por eso, denunciamos el GENOCIDIO que el gobierno de Israel lleva a cabo, y exigimos:
● A las autoras y los autores israelíes de libros para la infancia, a sus editores y difusores, que se pronuncien sobre este crimen de lesa humanidad que tiene como víctimas a niños que viven a una hora en automóvil de Tel Aviv.
● Al IBBY Internacional y a todas sus secciones iberoamericanas que, en memoria de la gran Jella Lepman, se pronuncien y tomen las acciones necesarias.
● A los organismos de Derechos Humanos argentinos e hispanoamericanos y a todas las instituciones, fundaciones o asociaciones civiles del mundo que trabajen con infancias y víctimas de crímenes de lesa humanidad, que actúen para poner fin a este baño de sangre sin sentido que lleva más de 400 días de ejecución como orden política, y exijan que hasta el último de los sucesos criminales ocurridos desde el primer minuto del 7 de octubre del 2023 en adelante sea investigado a fondo por parte de la Corte Internacional de Justicia, no solo para poner un fin inmediato a esta violencia inaudita desatada sobre los chicos, sino para que este horror establezca una línea de corte en los métodos represivos tolerados por el mundo, y determine un hito jurídico a favor de la más elemental razonabilidad en la resolución de los conflictos por parte de los Estados miembros de las Naciones Unidas.
Escribía el Licenciado en Filosofía, fotógrafo y cineasta Ariel Feldman, residente en Argentina y nacido en Israel:
“La capacidad o incapacidad de que esto que está sucediendo genere algo en cuerpos, reflexiones, sensibilidades y nuestras instituciones, posiblemente constituya un acontecimiento que nos va a marcar como civilización, una cesura. La conciencia de generaciones futuras va a preguntarse qué hicimos cuando nos tocó defender lo que queda de humanidad en la humanidad.”
*Al momento de publicar esta carta la Corte Penal Internacional emitió desde su sede en La Haya órdenes de arresto contra Benjamin Netanyahu y Yoav Gallant por crímenes de guerra en Gaza. También se pide la captura de un miembro del ala armada de Hamas.
FIRMAS:
FIRMAS:
La carta fue escrita desde Argentina por María Teresa Andruetto (Premio Hans Christian Andersen 2012), dos destacados poetas Laura Escudero Tobler (Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños 2015) y David Wapner (Premio “Destacados” de ALIJA-IBBY Argentina) y el reconocido ilustrador Matías Trillo (Colaborador de Abuelas de Plaza de Mayo).
Y ha sido por firmada por escritores, ilustradores, investigadores, editores, mediadores de lectura, bibliotecarios y libreros de Argentina, Uruguay, Chile, Brasil, Bolivia, Perú, Colombia, Venezuela, Costa Rica, Nicaragua, Cuba, Puerto Rico, México, Estados Unidos, España, Islas Canarias e Inglaterra, entre ellos:
Adolfo Perez Esquivel, Argentina. Premio Nobel de la Paz 1980, ISOL (Premio Memorial Astrid Lindgren 2013), Roger Mello (Premio Hans Christian Andersen 2014), María Beatriz Medina (directora del Banco del Libro de Venezuela, Premio Astrid Lindgren 2007), Graciela Montes (Premio Iberoamericano SM de Literatura Infantil y Juvenil 2018), María Cristina Ramos (Finalista del Premio Hans Christian Andersen en sus ediciones 2020 y 2022), Jorge Luján (en diez ocasiones candidato al Memorial Astrid Lindgren), María José Ferrada (Premio Cervantes Chico Iberoamericano 2022), Micaela Chirif (Premio Hispanoamericano de Poesía para la Infancia 2019), Mempo Giardinelli (XIII Premio Literario Caccuri 2024 a la excelencia italiana en el mundo), María Baranda (Premio Iberoamericano SM de Literatura Infantil y Juvenil 2019), Issa Watanabe (Premio Bologna Ragazzi 2024), Dolores Prades (Fundadora y directora de Instituto Emília y Revista Emilia), María Osorio (Directora editorial Babel Libros, Premio BOP 2017 ), Evelio Cabrejo Parra (Vicepresidente de ACCES (Acciones Culturales Contra Exclusiones y Segregaciones), Paula Bombara(colaboradora permanente de Asociación Abuelas de Plaza de Mayo), Verónica Murguía (Medalla Bellas Artes de Literatura 2024), Adolfo Córdova (Premio Bologna Ragazzi 2021, dirige el blog: linternasybosques.com), Antonio Ramos Revillas (Director de la Editorial Universitaria de la UANL), María Emilia López (Premio Pregonero 2014), Ana Griott (Premio Nacional del Libro de España 2021), Luis Scafati (Gran Premio de Honor en el Salón Nacional de Dibujo 1981), Antonio Malpica (Premio Iberoamericano SM de Literatura Infantil y Juvenil 2015), Evelyn Arizpe (Hans Christian Andersen Jury), Daniel Goldin (Director de Jardin LAC) y Martha Riva Palacio Obón (Premio Hispanoamericano de Poesía para la Infancia 2014).





