

DÍA NACIONAL
DE LA MEMORIA
POR LA VERDAD
Y LA JUSTICIA
“La gran disputa es construir una sociedad que ponga en el centro al ser humano y el buen vivir”
(Emiliano Salguero, integrante de una familia perseguida y diezmada por el terrorismo de Estado. Coordinador de la Mesa de Trabajo por los DDHH)
"Frente a un gobierno que ataca las políticas de Memoria y retira al Estado de la protección de derechos, organismos, abogados querellantes y referentes analizan la nueva etapa de esta pelea histórica del pueblo argentino. Coinciden en que el objetivo de una vida digna se defiende en el territorio y en las calles.
La tormenta parece perfecta: un Estado que ya venía en retirada de las políticas de Memoria, ahora con una gestión adepta a la teoría de los dos demonios y que destila negacionismo; organismos de Derechos Humanos obligados a un recambio generacional por la pérdida de sus referentes históricos; y nuevas generaciones para las que la última dictadura es algo lejano, un capítulo de los libros de historia. Vive el país un momento bisagra en el marco de una crisis civilizatoria más amplia, en el que por fuerza se impone la reconfiguración del campo de los Derechos Humanos, entendidos éstos en sentido amplio, como ejes de una vida digna. Lo que parece crisis puede ser, empero, oportunidad.

Los debates acerca de la actualidad y el futuro del movimiento de Derechos Humanos atraviesan a las distintas generaciones protagonistas. Por caso, la de las Madres y Abuelas, de los sobrevivientes de los 70 que en democracia siguieron militando y que a 49 años del Golpe se siguen preguntando qué hacer, también la de los Hijos y -más recientes- los Nietes.
Lúcida como siempre, a sus 94 años Taty Almeida -Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora- advirtió en una reciente entrevista radial que transitamos “un gobierno negacionista y deplorable, y como país estamos en el fondo del tacho. Esto que está sucediendo es impensado, repudiable total”. Sensible a la motosierra feroz y especialmente a la represión a los jubilados, Almeida salió una vez más a “repudiar y poner el cuerpo y decirle a estos desgraciados que la resistencia continúa”. De cara al futuro inmediato, propone “tomar la calle, no bajar los brazos ni enojarse con los chicos que votaron con Milei; hay que hablar con ellos, explicarles. Se necesitan propuestas y discusión política”. Y completa: “Ya quedamos muy poquitas Madres, pero estamos tranquilas por esa militancia que tenemos: la única lucha que se pierde es la que se abandona”. La esperanza, siempre.
De lucha por la memoria y los Derechos Humanos sabe también largo Carlos Loza, quien era trabajador del puerto y delegado sindical cuando fue secuestrado y llevado al centro clandestino de detención, tortura y exterminio Escuela de Mecánica de la Armada, donde estuvo desaparecido entre el 16 de diciembre de 1976 hasta el 6 de enero de 1977. “Nosotros luchamos por las ideas de nuestros compañeros, los 30.000, y fundamentalmente por su práctica militante, todo un tejido que fue destruido por la dictadura, algo que aún nos toca seguir padeciendo. Por eso es importante que el movimiento de Derechos Humanos se exprese masivamente en las calles”, expresó.
Integrante del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, Loza ve señales preocupantes en el gobierno actual. “Este 24 tenemos que decir no a lo que pasó ayer y no a esto que está pasando ahora, donde se criminaliza la protesta, se violan los derechos más elementales, como peticionar a las autoridades, y se reprime a todos los que se movilizan. Como yo pertenezco a una generación que vivió la dictadura, tenemos la experiencia de lo que pasa cuando se empiezan a violar los derechos”, advierte.

Coincide Loza con Almeida en la necesidad de “ganar las calles para que esto no avance”, y considera que la impunidad de los crímenes del terrorismo de Estado, así como la impunidad de la represión y violaciones a los derechos humanos en democracia, habilita a repeticiones que pueden ser trágicas.
A otra generación pero referenciada en la misma lucha pertenece el cordobés Emiliano “El Gringo” Salguero, integrante de una familia perseguida y diezmada por el terrorismo de Estado. Coordinador de la Mesa de Trabajo por los DDHH y durante muchos años parte de Hijos Córdoba, comparte la caracterización del gobierno actual en su faz violatoria de los DDHH y señala que “no se vislumbra un proyecto político que abarque a toda la sociedad, una mirada común, como era la palabra socialismo en la década del 70”. De profesión biólogo, Salguero llama a “seguir el ejemplo de Madres y Abuelas, que levantaron otras banderas en el 2001”, y en ese sentido apunta que “hoy nos está costando muchísimo construir una alternativa popular y posible, existe una incapacidad colectiva de construir una idea que nos contenga y nos dé sentido en la lucha de disputa del poder real”. “La gran disputa es construir una sociedad que ponga en el centro al ser humano y el buen vivir”, cierra.
Los hijos de los Hijos son los Nietes, organización conformada por nietos y nietas de víctimas del terrorismo de Estado. Karen Maydana Galván, una de sus integrantes, también menciona la necesidad de seguir el ejemplo de las Madres y Abuelas; ocupar todos los espacios de lucha, tanto del territorio virtual como la calle; y remarcar la unidad lograda para este aniversario del Golpe. “En este momento, cuando el movimiento de los derechos humanos está tan atacado por este gobierno, que desfinancia espacios de memoria, que cierra lugares, vamos a la calle en unidad dejando todas nuestras nuestros pensamientos político-partidarios de lado, como hacía 20 años que no se hacía, y uniéndonos por una misma causa contra este gobierno negacionista con políticas neoliberales”, señaló.
Justamente fue el recambio generacional dentro del movimiento de Derechos Humanos una de las razones del surgimiento de Nietes, hace cinco años. Las y los jóvenes que lo integran tienen como misión llegar a sus pares y a las otras nuevas generaciones, muy alejadas temporalmente de la última dictadura. “Nuestro trabajo es tratar de que estas juventudes que ven muy lejano el genocidio entiendan que si bien hay una distancia histórica, hubo un plan económico que hasta el día de hoy genera consecuencias, muy parecido al de ahora. Entonces, es hacer un paralelismo y también generar un hilo conductor con el presente”, explica Karina, cuyo abuelo, Orlando Galván, fue desaparecido el 19 de octubre de 1977 y sus restos identificados por el EAAF en 2008. “Las viejas se nos están yendo, nuestros padres y madres ya están grandes y alguien tenía que tomar la posta de esta lucha para seguir levantando las banderas de Memoria, Verdad, Justicia y también de las luchas del presente que nos interpelan como juventud”, cerró.

Bibiana Reibaldi pertenece a la misma generación que Loza, pero nació a la militancia muchos años, décadas después. Integra el colectivo “Historias Desobedientes, familiares de genocidas por la Memoria, la Verdad y la Justicia”, que surgió en 2017 como respuesta de las y los familiares de genocidas para hacer frente a los mandatos, las mentiras, las complicidades y los silencios al interior de las propias familias.
“Somos una voz nueva y extraña en el escenario de los Derechos Humanos y los crímenes de lesa humanidad. Somos un puñado de personas, con una paradoja profundamente dolorosa, la que nos vincula filialmente con los autores del horror”, expresa la hija de Julio Reibaldi, ex militar y luego integrante civil del Batallón de Inteligencia 601. Bibiana remarca que los integrantes del colectivo “rompemos con nuestras más inenarrable vergüenzas y complejas contradicciones, sin odios pero con firmeza ética en cuanto al repudio del accionar de nuestros padres, hermanos, abuelos y abuelas”. No es fácil, y resulta “muy paradojal esta posición, porque estamos repudiando a quienes en algún momento hemos querido mucho”, completa, y señala que “en el medio han habido grandes costos, heridas abiertas y otras ya cerradas”.
En la misma línea, la Asamblea Desobediente es “un colectivo que repudia el accionar genocida que sus propios padres, abuelos y tíos cometieron en la última dictadura militar”. Quien habla es Liliana Furio, hija de Paulino Furio, condenado por crímenes de lesa humanidad cometidos en Mendoza, quien en uno de los juicios provocó diciendo “no estoy arrepentido, volvería a hacerlo”.
“Desapariciones, vuelos de la muerte, partos clandestinos, robo de identidad, violaciones, torturas. Nosotros sabemos que es cierto. Somos sus hijes, nietes, familiares. Los conocemos. Desobedecer es nuestro imperativo ético” propone la Asamblea Desobediente.
“Creemos que es imperativo desarmar el discurso falaz que trae este gobierno negacionista e incluso reivindicacionista del terrorismo de Estado de la última dictadura militar, y que hoy apunta claramente a instalar, con otra metodología, un estado de excepción, intentando amedrentar al pueblo”, señala Furio. Activista cultural, remarca que “marchamos por justicia y en mi caso porque haber visto desde adentro las fauces del opresor, diciendo en una mesa familiar de domingo: ´a mi nadie me va a venir a cuestionar porque si esos zurdos de mierda vuelven, me pongo de nuevo la capucha y salgo a hacerlos mierda´. Imposible ser cómplice de semejante declaración criminal”.
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Los sitios de Memoria son blanco predilecto de la motosierra mileísta. En Mar del Plata el Espacio de Memoria y Promoción de los Derechos Humanos (ex ESIM) Faro de la Memoria ha sufrido, como otros espacios, un recorte brutal en su planta de trabajadores, reduciéndose a la mitad, con lo cual resulta muy difícil sostener la atención de todas las áreas: investigación, pedagogía, visitas guiadas, registro de testimonios. Los embates también son locales, con un proyecto para instalar allí un bar, que cosechó repudios varios.
Sin la intención de reemplazar a los trabajadores despedidos, pero si de aportar en alguna medida a la atención de las personas que visitan el espacio, el Colectivo Faro de la Memoria organizó y capacitó a un grupo de apoyo que asiste al lugar, con un cronograma acotado a las posibilidades de cada quien, con el objetivo de sostener y habitar el Espacio de Memoria, así como de acompañar a las tres personas que permanecen allí trabajando.
Desde el sitio de memoria informaron que “los trabajadores se encuentran en situación de absoluta precariedad laboral, como en el resto de la Secretaría de Derechos Humanos, a la espera de una renovación de contratos (o no) a fines de marzo”. El sostén está hoy dado por una red de apoyo que conforman organizaciones gremiales, políticas y sociales, que sigue atentamente la «involución» y retroceso de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia localmente, y realiza algunos aportes económicos en la medida de sus posibilidades para el sostenimiento material: elementos de limpieza, corte de pasto, algunas reparaciones”. La Provincia de Buenos Aires recientemente aportó personal de maestranza que realiza la limpieza, una tarea que el año pasado efectuaban las y los empleados permanentes del sitio.
“Desde el Colectivo Faro de la Memoria consideramos que el panorama es muy difícil, ya que las condiciones son de una fragilidad absoluta tanto en lo laboral respecto a la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación como en el contexto general actual”, completaron."
(Tiempo Argentino)
Fotos: Tiempo Argentino
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